Post by derham on Mar 31, 2015 6:33:55 GMT -6
Hola:
He tomado frappé y no puedo dormir así que decidí hacer mi primera entrada en este foro ahora. He estado reflexionando mucho sobre el club de Go en diversas ocasiones y me entra la pregunta: ¿Hacía dónde se dirige el club de Go? Quisiera dar una reflexión muy personal a esta pregunta.
A mí me costó mucho decidirme a iniciar a jugar Go. Lo disfruto mucho por lo general, aunque acepto que por momentos me desespero en el club (que vaya perdiendo no tiene nada que ver, obviamente). Sin embargo, en los inicios no era así: a pesar de llamarme la atención no me animaba a comenzar a participar en él, pues siempre he pensado que algo hecho tangencialmente es algo que no vale mucho la pena hacer. Definitivamente no es la mejor postura pues te lleva a perderte muchas oportunidades y es algo con lo que tengo que cargar en muchas ocasiones porque he dejado pasar oportunidades por ello. Simplemente no me imaginaba dedicándome a estudiar Go, consideraba que jamás iba yo a poder volverme buen jugador de algún tipo y, en resumidas cuentas, me dejaba llevar por el “para que juego si ni lo entiendo”.
La verdad eran puras excusas para evitar entrar en una actividad nueva que iba a requerir de mi tiempo y esfuerzo, dónde iba a tener que aceptar que no soy el mejor, de hecho ni de cerca, que otras personas me pueden dar consejos o clases y que, a veces, no me queda de otra más que ecuchar que cometo errores. Puede parecer obvio pero eso es algo que a mí me cuesta mucho. Decidí hace algunos años, como 26, que soy perfecto y no serlo es algo que en muchas ocasiones me duele y me cuesta aceptar.
Comencé a participar en el club de go cuando fui aceptado a un verano, hace dos años, en Canadá. La verdad es que esa oportunidad cambió muchas cosas, me rompió paradigmas por completo y me mostró nuevos caminos. Originalmente yo no iba a participar en ese verano, ni siquiera iba a hacer la admisión: cuando recibí el correo con la convocatoria lo ignoré. Fue mi asesor de tesis quien me conveció de intentarlo y nunca creí tener lo que se necesitaba para ser aceptado. La verdad es que es un poco extraño declararse perfecto y, al mismo tiempo, creer que no se tiene lo necesario para lograr algunas cosas. Cuando me aceptaron casi me muero de un ataque, recuerdo que sentí mucha felicidad pero al mismo tiempo sufrí una revelación: iba a viajar hasta Canadá para participar en un verano de investigación del que yo no entendía ni madre. Me había tocado un proyecto de geometría algebraica de locura y no había de otra: o me ponía a estudiar, a entrarle lo más en serio que pudiera y aceptaba la (inevitable) putiza que me iba a tocar o iba a ser una situación bastante incómoda.
En ese momento, de alguna forma dentro de mí se desplazó una barrera, como un carrito en el juego del tráfico cuyo objetivo es sacar a cierto carro de entre el embotellamiento, y pude ver las cosas más claramente: Quizá la cuestión de si tenía lo necesario o no para lograr algo no dependía de mí del todo, quizá necesitaba intentarlo. Me animé a intentar muchísimas cosas con ello que me tenían honestamente asustado. En el campo académico acepté entrarle más duro a la geometría algebraica (me sigue asustando...) pero estudié, entendí, aprendí muchas cosas y me di cuenta que, de dedicarle el tiempo necesario y no pregunarme cada diez minutos si soy el mejor en ello, quizá entonces pueda dedicarme a avanzar.
Esta es una cuestión difícil de transmitir quizá. Yo desde muy niño siempre he sido considerado el niño excepcional, no sólo por exageradamente extraño y peculiar, sino por ser considerado el niño genio (por axioma). Acostumbrado a ser el parámetro me cuesta mucho cometer errores porque siento que todos están viendo o que mucho depende de mí, incluso si se, formalmente, que a nadie le importa y que nadie depende de lo que hago. Probablemente una de las preguntas que más me hago al día es algo alrededor de: ¿tus acciones están a la altura de lo que se espera de ti? Quizá no siempre así pero son cosas parecidas, y aunque admito que estas preguntas en muchas ocasiones me ayudan a conseguir buenos resultados, también pueden ser inhibidoras de nuevos intentos.
Decidí, de repente, que quería jugar Go y le pedí a Leal que me enseñara y comenzamos a hacerlo por KGS. La primera vez que se lo pedí se impresionó, supongo por lo reació que yo me había mostrado a aprender acerca del juego. Omar, un muchacho que vivió conmigo durante algunos meses, y que participaba en el club de go, me pedía mucho que jugara con él en la casa y yo siempre lo ignoraba. Le decía cuánto no me interesaba aprender, pero esa era mentira, pero no sabía como acercarme al juego sin sentirme herido o increiblemente estúpido por cometer toda clase de errores. Aún a veces, al perder, me siento herido y muchas veces prefiero morir peleando hasta el final que rendirme, aunque he aprendido que eso a veces no cambia las cosas...(aunque a veces sí, sorprendentemente, amén).
Han sido dos años desde entonces y muchas cosas han cambiado. Al principio estaba yo aterrado de jugar contra Nico, la batalla estaba perdida desde el inicio porque yo ya tenía decidido que él es invencible. Contra Leal me sucedía lo mismo. A pesar de que sigo sin poder ganarle a Leal (acabo de soltar una carcajada) he tenido muy buenas partidas con él: En una ocasión estudiamos una posición de muchas maneras hasta que de pronto salió un doble Ko y fue increible, fue sumamente emocionante para ambos ese estudio de una partida. En otra ocasión intenté revivir grupos muertos con el objetivo de mejorar mi posición y fueron buenas batallas (aunque, surprise surprise, las perdí todas). En otra ocasión levantó la ficha del tablero y me la devolvió diciendo “no hagas eso”. Y con el tiempo dejé de tener miedo de luchar contra Leal (y su imponente forma de estrellar las piezas contra el tablero).
La primera vez que Nico me dijo que hice una buena jugada casi lloro, pero no había tiempo para eso porque hubo una sucesión de putazos en los que salí muy mal parado. Con el tiempo dejé de tenerle miedo a Nico también. Conforme fueron pasando los dos años deje de sentirme el ignorante para pasar a ser un miembro más de esta comunidad. Y de pronto llegamos al día en que jugué con Juan Luis (que desapareció, por cierto) y le estuve explicando muchas cosas sobre mi manera de ver el juego que estábamos teniendo y oí a Nico dicendo: “No se que está diciendo pero se oye muy bien su clase, yo quisiera aprender de él” y Leal reafirmando “Si, Malors saca un pizarrón y te da una clase en cuanto se le presente la oportunidad”.
La primera vez que le gané a alguien fue a Winnie. Me dió nueve de ventaja y después de un rato de jugar resultó que contamos y gané. Casi me pongo a correr por todo CIMAT, pero tuve que contenerme pues no podía permitir que mis alumnos me vieran haciendo semejante expectáculo. Conforme avanzó el tiempo la cantidad de fichas que requería de ventaja disminuyeron, la complejidad de mis jugadas aumentó, el feeling sobre qué es lo que ocurre aquí o allá crece (aunque todavía no se muy buen como unir todo lo que veo localmente en algo global) y mi confianza se ha solidificado en muchas ocasiones permitiéndome no torturarme al cometer errores. Creo lo que mejor ha captado este concepto es una frase de Francisco: ¡Ay, me voy un tiempo y cuando vuelvo Malors da fichas de ventaja!
Así que, agregándome a la lista de cursis, yo también le quiero agradecer mucho al club de Go y a sus miembros. El go es algo que se ha vuelto, de alguna forma, parte de mí y espero así se mantenga. Ha permeado muchos ambitos que considero importantes: le he dedicado mi tiempo, pues me propuse estudiarlo, no faltar al club en lo más posible y ser un estudiante sincero y humilde (aunque no me salga) para poder aprender. Le he dedicado mis recursos pues compré un tablero (y ya me quería comprar otro...) y bibliografía que estudio. Lo he hecho parte de mis caricaturas pues, en su momento, de alguna forma (que será estupenda, pero aún falta para esa parte) será relevante en mi caricatura Epsilon – Delta, a la cual considero sumamente importante para mí. Y ultimádamente fue uno de los aspectos que resalté como intereses no matemáticos, junto con las caricaturas y la escritura, en todas mis cartas de presentación a las admisiones en otras universidades: I play Go, decían.
Sin embargo, soy una persona que no se conforma. Soy neurótico y deseo que las cosas trasciendan y alcancen casi un grado épico de grandeza. El Go ahora me interesa en muchos aspectos: el Go es un deporte, y como tal, no sólo sirve como una diversión sino que es un objeto de estudio en si mismo, con profunidad e historia, técnica y creatividad, talento y trabajo duro. El Go forma parte de la cultura humana, y como tal puede ayudar a muchos propósitos y a forjar muchos destinos. Quiero tocar estos temas de algún modo ahora. No soy experto, admito no he estudiado mucho sobre la historia del go o muchas de sus técnicas pero, sin afán de sonar súper pedante (no es mi intención), si que he organizado grupos académicos.
Eso me devuelve a la pregunta original: ¿Hacia donde va el club de Go? He escuchado mucho sobre el deseo de crecer, pero la pregunta es ¿cómo y hacía dónde? Si se crece sin madurar, esto es, si se crece sin reflexionar sobre ¿Quién somos como club de Go? ¿Cuál es nuestra visión y nuestra misión? ¿Qué tenemos ahora y qué necesitamos? Y, obivamente, ¿qué es lo que nos falla a nosotros como miembros individuales y cómo grupo?, entonces el crecimiento se arriesga ser débil.
Estas preguntas pueden ser enormes, y de plano sonar exageradas, pero en mi experiencia organizando grupos académicos sólidos se necesitan respuestas a estas preguntas, y hasta que los miembros no se convencen de que su organización merece poder contestarlas no se tiene una grandeza y un impacto real sino un gigante con pies de barro. Yo, como miembro del club de Go, quiero que el club crezca, pero quiero que lo haga bien.
¿Quién somos como club de Go? Nosotros, internamente sabemos quiénes somos, pero allí se acaba. En mi opinión no es verdad que estar en el café esté atrayendo más gente (¿más que qué? es la pregunta Y sí, admito que en un lugar cerrado no jalábamos a nadie). Somos los de CIMAT y sus amigos y sus amigos, y está bien, pero queremos impacto real. Queremos gente nueva, gente que se anime a acercarse y que venga del éter, que no tenga que ver con nosotros, sino que realmente sea una nueva victora.
¿Quién somos? Sómos diez u once personas, individuales jugando Go, o somos un club con vida buscando expandirse. Debe ser la segunda y, ¿cómo lograrlo? Tenemos que tener rostro frente a la sociedad: ¡Hagamos esas camisas de una vez por todas! Podemos caminar con ellas por el centro, la gente puede verlas, y quedemos de acuerdo en usarlas todos nosotros uno de los días (el lunes, por ejemplo) no con el afán de uniformarnos y ya sino con el objetivo de que se nos vea que somos un grupo caminando unidos.
Hagamos los panfletos que sugiere Winnie con material bien planeado y con seriedad: mostremos en él un horario que nos propongamos respetar (esto ya lo hacemos, aunque si aparecerá el nombre de cafetal tenemos que pedirle permiso a Greg para ello), pongamos allí breve semblanza de qué es el Go y como nació este club. Creemos, para que nos puedan contactar un correo del club, no el de ninguno de nosotros, sino el del club y que sea para todos pero no de todos, eso crea desorden. Que dos personas lo administren (i.e. Respondan, yo sugeriría Nico y Leal) pero que a todos nos puedan preguntar sobre cosas grandes que puedan aparecer. Pongamos allí la página (el foro), pero también el facebook pues es un medio por el que se acercan mucho. Y mejoremos la imagen del foro: cuando entrás es muy escueto lo que dice. Debería ser más tangible, que parezcamos personas reales con un objetivo no un montón de folders y archivos (por ejemplo, hagamos buenas presentaciones de los miembros y que sean fáciles de encontrar, no perdidas entre los folders y entre los clics, etc...).
Finalmente, hagamos las visitas que sugiere también Winnie: vayamos a algún lado juntos a mostrar como se juega. Consigamos el material que nos haga falta, no creo sea tanto, para llamar la atención y poder enseñar a la gente. Quizá tengamos que repetir alguna visita, pues lo hacemos (aquí la camisa estaría super bien para que nos vean a donde vayamos a hacer las visitas).
¿Cuál es nuestra visión y nuestra misión? Estas son preguntas que tienen dos instancias: la individual y la global. La individual es valiosa, pero es la global la que debe mover al grupo. Espero no consideren que esto es exagerado, a mí me parece importante pues creo va de la mano con la pregunta natural: ¿Porqué jugar Go? Y la respuesta a esta pregunta es muy amplia, depende de cada quién definitivamente, pero se necesita al menos un primer acercamiento para poder darle una dirección al crecimiento.
Yo creo al grupo ahora le falta visión. Comentaré algunas cosas más adelante, pero por ahora quiero decir que el grupo no está pensando seriamente como crecer. Mencionamos a veces que queremos camisas, que queremos un logo (y si, me estoy mordiendo la lengua...), que queremos atraer gente nueva que no venga de matemáticas, etc, pero no nos estamos preguntando cómo hacerlo ni lo estamos haciendo.
Además tenemos que contestar: ¿Qué es nuestra misión? Esto no debe entenderse como una responsabilidad absoluta, pero si el grupo crece debe hacerse de forma responsable ciertamente. La misión del grupo creo, en efecto, debe ser formar personas aprecien el Go y sepan jugarlo. Pero el porqué debe ser esa nuestra misión debe trascender el “es divertido”, pues creo en todos nuestros casos el Go nos ha dado algo más. Al menos así lo muestra la sección en que se pusieron cursis todos. Creo la misión, de forma más profunda, es generar ese apreció por el Go al mostrarlo como un objeto cultural que trasciende el tablero y se vuelve una expresión humana capaz de alterar las condiciones del individuo. Y creo esto es fundamental porque es, en mi opinión, una manera de retribuir al individuo y a la sociedad la oportunidad que nos están dando al dedicar al club su tiempo y esfuerzo.
La misión y la visión son amplias y deben crearse entre todos, pero insisto, creo deben crearse si el grupo pretende crecer.
¿Qué tenemos ahora y que nos falta? Bueno, ahora lo que tenemos es gente y deberíamos aprovechar que somos varios para poder hacer estas actividades de divulgación. Pero para ello necesitamos compromiso, si lo vamos a hacer debe hacerse seriamente y respetando el esfuerzo de todos. Es decir, hay que ser puntuales, hay que hacer lo que nos comprometemos a hacer, etc...no tengo que especificar nada aquí, todos deben saber ya como es esto de ser responsables.
Lo que nos falta pues es: Más gente, pero de conseguirlo posiblemente se necesiten tableros, etc...Pero más que todo esto lo que a mí me preocupa es el lugar. ¿Es realmente el café un lugar apropiado para el club de Go? Quizá ahora sí, es agradable y hay bebidas, pero si esto crece no va a ser el cafetal la opción. Se necesitará algún lugar distinto porque no creo que podamos ocupar todo el café para esta actividad. Habrá que pensarlo para estar preparados. Winnie sugirió en algún momento pedirle espacio a la universidad en algún campus o de sus zonas subutilizadas.
Finalmente, y quiero expandirme un poco aquí, es: ¿Qué es lo que nos falla a nosotros como miembros individuales y cómo grupo? No mencionaré nombres, no quiero acusar a nadie ni quiero que nadie se sienta agredido. No es mi objetivo, mi meta es que el club realmente mejore y no puede esto quedarse sin discutir.
El Go es un deporte, y puede ser mucho más, puede ser una verdadera pasión como creo lo es para muchos del grupo, pero no por eso deja de ser un deporte y por lo tanto, creo yo, es menester que haya una actitud deportiva en el club. ¿A qué me refiero con esto? En el juego del Go las cosas no están pasando entre fichas en un tablero sino entre personas con sentimientos, preocupaciones, miedos, etc... Un club que pretende enseñar a sus miembros y volverlos mejores debe tener una atmósfera propicia para ello y lo que sucede es que a veces no es. Lo que sucede es que a veces la atmósfera es nefasta y apalstante y en otras sumamente desorganizada.
La pregunta es, ¿porqué reina lo nefasto y aplastante a veces? Intentaré explicarlo desde mi perspectiva:
El club pretende educar a sus miembros para que mejoren en el club de go, por lo tanto, debe admitirse que haya comentarios en las partidas. Sin embargo, muchas veces los comentarios no tienen objetivo para las personas jugando:
En ocasiones los comentarios son sobre como alguien le está poniendo una putiza al otro. Eso es irrespetuoso para los jugadores, puede alterar la partida o herir a alguno de los jugadores. En el juego la gente siente como consecuencia de lo que sucede, y estos comentarios pueden agredir a las personas y, ultimadamente, crear conflictos entre los miembros.
En otras ocasiones, los comentarios son meterse a las partidas y dar opiniones al respecto. De acuerdo, no debe inhibirse eso: el ambiente intenta ser didáctico, pero debe hacerse de manera respetuosa. Si vas a llegar a comentar algo pregunta antes si están de acuerdo en que se comente en ese momento o no. De nuevo, si sólo llegas y dices lo que piensas puedes alterar el juego y puedes molestar a los jugadores. Si los dos quieren comentar algo pueden preguntar a los demás o bien puede acordarse desde el principio que sera una partida comentada, pero que haya UN comentador que modera, no dos o tres peleándose entre ellos sobre qué es lo mejor de manera que todo se vuelve un desorden y se pierde el punto.
En otras ocasiones son más de una persona discutiendo qué es lo mejor en una situación que trasciende el juego y el nivel de los involucrados. Y no está mal mostrar esas cosas, pero a veces se hacen los comentarios con tan poco tacto y tan enfocado a los que discuten que los que estaban jugando solo suspenden su juego y se quedan viendo.
Hay más descripciones pero no vienen al caso ahora, ya se entendió el punto. Si somos gente que se dice educada e inteligente necesitamos entender que hay maneras de comunicarse con la gente y no puede ser que sesión tras sesión siempre haya situaciones de este estilo. Me consta que han causado molestías, a veces me la han causado a mí, a veces a otros. Y penosamente me consta que hay gente que vino alguna vez y decidió no volver porque “tuvo suficiente de la actitud nefasta” de los del club.
Aunado a esto en muchas ocasiones el trato, fuera del juego, entre los participantes es grosero. De hecho, hace dos sesiones hubo muchs ataques, en broma y broma, hacia uno de los miembros, etc. Y si, somos amigos y convivimos y está padre, pero queremos dar también una imagen agradable, propicia para aprender y atraer gente. Sin mencionar que a veces, yo incluido, traemos un desmadre y nos olvidamos que estamos en el cafetal, un café que ya nos tiene mucha paciencia.
La verdad habría que preguntarnos, ¿cuánta gente se va a querer acercar a un grupo de gente que se ataca entre sí y que además dice guarrada tras guarrada a todo volumen todo el tiempo? No toda la gente puede con ello y de hecho ha habido miembros del club que se incomodan por eso en algunas ocasiones. ¿Esta es la imagen que queremos dar? No es una cuestión de moralina, sino una cuestión de seriedad en el juego que queremos aprender. Ese no es el ambiente adecuado, punto.
Si queremos tener un ambiente que atraiga gente, que se propicio para los demás, y que muestre una tendencia positiva hacia el juego necesitamos regas de convicencia en el grupo, porque no las tenemos y pasa de todo. Y, de nuevo, penosamente si me han dicho más de una vez que más que dar la imagen de gente que quiere aprender y compartir el conocimiento damos la imagen de nerds presumiendo su conocimiento.
Sugiero lo siguiente:
1. Pongamos reglas de convivencia que aceptemos respetar. Con esas reglas me refiero a que no nos vamos a hacer bromas o estar haciendo ataques y que vamos a moderar nuesto lenguaje o los temas de discusión. No con el objetivo de prohibir sino de saber enfocar pues la actitud que estamos teniendo nos está causando daño.
2. Reglas sobre la actitud deportiva: Cuando hay una partida hay que respetar la “intimidad” de la partida. Si se va a comentar algo en una partida ajena hay preguntar primero y al comentar hay que hacerlo de manera respetuosa tratando de tener tacto con las personas. Es difícil y a algunos les cuesta más que a otros y hay que tener paciencia, pero también hay que hacer un esfuerzo de no ser aplastantes. Así mismo, si la partida ya se decidió comentada con alguien que no es uno de los que juega entonces que haya un comentador que modere para que no sea un caos. Yo creo se pueden explorar la gran mayoría de las situaciones sin tener que estar pasando unos por encima de otros.
De nuevo, no digo esto tratando de agredir a nadie, al contrario quiero que el club realmente mejore pues realmente me parece algo fantástico que me ha dado mucho, además de que acepto que yo mismo he roto esas mismas reglas que ahora sugiero seguir.
Lo insisto mucho porque una organización que desea crecer no puede omitir estas reglas. Somos seres humanos y debemos aprender a ser conscientes de los niveles de respeto que los demás y nosotros mismos merecemos. Yo he oído (Y cuando lo hago la verdad me incomodo, me duele) como la gente cree que damos una impresión negativa. Una vez la describieron: “llevar la arrogancia del matemático al tablero”. Si no podemos cambiar eso la atmósfera que el grupo obtenga será, a la larga, contraproducente. Por favor, esforcémonos por mejorarla.
Finalmente, en otra dirección, algo que creo que nos falta un poco es teoría. Jugamos mucho, y está muy bien, pero ver teoría también estaría bien. No sólo se aprende de jugar partidas completas, hay otras cosas que pueden solidificar nuestro conocimiento y que podemos intentar practicar cuando jugamos las partidas completas. Por ejemplo, alguna vez Leal me enseñó una clase de matar y buscar ojos y eso me ayudo muchísimo. Pero no fue una clase random de cinco minutos, estuvimos como dos horas en eso y me ayudo mucho a mejorar. Cierto, en el club debemos jugar, pero nuevamente, si pretendemos mejorar también debe haber teoría y retroalimentación de la misma entre todos. Es otra parte importante de la solidez que creo descuidamos por nuestra prisa por sólo jugar.
Espero haber dicho cosas que se consideren valiosas, yo creo lo he hecho. Como muchos de ustedes ya saben, otros no, pronto me iré de la ciudad: en 3 meses se acaba mi estancia en Guanajuato, después de seis años. Me iré con las enseñanzas del club de Go, pero quiero verlo intentar volverse algo más grande. Porque quiero pensar que en cinco años, y vuelva ocasionalmente, pueda ver que el club se volvió algo grande , solido y capaz de sobrevivir por si mismo, que sobreviva a sus miembros. Como dijo winnie hae poco: Tú quieres institucionalizar todo. Si, es cierto. El club de Go me ha dado algo que creo todo ser humano debería tener el derecho de apreciar y si podemos ayudar a que eso se logre entonces estamos por buen camino. Creo yo, la verdadera meta, desde mi perspectiva, es hacer algo por el estilo de: El club de Go de la Universidad de Guanajuato, mantenido y apoyado por la universidad y con capacidad de proyectarse a jóvenes (y no tan jovenes) de toda la ciudad, y ¿porque no?, con el tiempo del estado y con la posibilidad de fomentar a nivel nacional un juego/deporte hermoso y con potencial de desarrollar espacios de pensamiento y convivencia culta que tanto le hacen falta al país en que vivimos.
Agradezco y felicito a Nico por haber comenzado este proyecto y espero en estos tres meses antes de que yo parta poder apoyarle a él y al resto del club en lograr que este proyecto se haga tan grande como posiblemente él y todos podríamos llegar a imaginar.
Gracias por llegar hasta el final.
Malors